viernes, 16 de marzo de 2012

Apuntillos a la -¿bien/mal?- llamada novela de Anticipación Social

1ª entrega
Me estaba ya dando una cierta vergüenza hablar en el grupo, en alguna ocasión que otra,  de novela de anticipación social y decir al respecto una o dos generalidades. De esa vergüenza nacen estas notas que, posiblemente no sean más que, no ya solo una o dos, sino cuatro o cinco,  generalidades al fin y al cabo.

Pienso que no es fácil que algo nuevo nazca hoy bajo el sol de lo que llamamos novela. En el caso que nos ocupa, tampoco me lo acabo de creer. De todos modos, hay críticos literarios anglosajones y también algún francés que otro que, a sabiendas de las imprecisiones e inseguridades que rodean a su definición, se animan a elevar a nueva categoría narrativa los rasgos de una serie de novelas y de autores actuales que, en su opinión, se escapan de las clasificaciones al uso de las categorías, o subcategorías, literarias actuales.  Es lo que denominan “novela de anticipación social”.

Y, sin embargo, buena parte de los autores de estas novelas a los que esos críticos meten en este mismo saco de la novela de A.S., reconocen su deuda con modelos anteriores (y posiblemente mejores) como Jonathan Swift, Lawrence Stern, Jack London y, posteriormente, Fitzgerald, Kafka e incluso Borroughs. Y, en mi pobre opinión, hasta se podría reprochar a estos críticos que para algunas de la novelas que denominan de A.S. ya existía la categoría “ciencia ficción” (en la línea de Orwell y Wells) o, más sencillamente, la de “novela satírica” y, en este caso, hasta podríamos remontarnos a Monsieur Rabelais.
 
No se trata, pues, de una categoría bien definida y requeriría una mayor explicitación. Pese a todo, pienso que es interesante saber en qué criterios se apoyan para hacer esta distinción. Seré breve en la exposición para no dar la vara ilustrada al personal. Y para parecerlo, dividiré estos “apuntillos en 2 Entregas.

Criterio nº 1: La novela de A.S. no es ciencia ficción porque en ella no se apela a universos distantes. Sus historias son contemporáneas, fechadas y ancladas en la realidad de los seres humanos. Es verdad que Will Self, uno de los escritores-bandera de esta categoría, se aleja a veces mucho de esa realidad (en Grandes simios, por ejemplo), pero lo hace con la precaución suficiente para no salirse del campo de comprensión del lector actual.

Criterio nº 2: La novela de A.S. se organiza, casi siempre, en torno a una estructura narrativa tradicional. A Scott Fitzgerald, considerado como padre fundador, le interesa más el fondo que la forma. A los novelistas de la A.S. tampoco les preocupa especialmente la investigación formal en sus historias. En este sentido, me atrevería a decir que la mayoría de sus novelas son “populares” (muchas han sido bestsellers en sus países de origen y muchas han sido criticadas, negativamente, por su pobreza formal). Su estructura suele ser lineal y con enfoques narrativos tradicionales (omnisciente, por ejemplo, en Martin Amis, o adoptando el punto de vista de un personaje en los casos de Douglas Coupland y Will Self). Quizá sea Martin Amis el que más se preocupa de las cuestiones formales; sobre todo en una de sus mejores novelas, La flecha del tiempo. 

Nota: Dejaré para la 2ª entrega otros dos criterios, los más interesantes, así como un pequeño rosario de los novelistas que aparecen más frecuentemente adscritos la novela de A.S.
Chau, chau..

Sergio 


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